Dolor en el coxis

Cómo AtlasPROfilax® puede ayudar con el dolor en el coxis


Dolor en coxis

De origen ligamentario

El coxis, Co1, es un bien importante segmento de la columna vertebral que sirve de sostén para músculos y ligamentos. La tensión que reporte la región de la nuca puede trasladarse hasta el coxis mediante la duramadre y depositarse en los ligamentos sacro-coccígeos debilitando así los nervios que estuviesen interferidos y agudizando  la sintomatología de una lesión local previa del coxis.

Efectividad, mejorías y limitaciones de AtlasPROfilax® en el dolor en el coxis

  • La corrección del DIM del Atlas puede ayudar en algunos casos en la remisión del dolor asociado al coxis (mejoría reportada en un 40 a 60% de los casos).
  • Pero si el coxis ha sido directamente afectado por un traumatismo (caída fuerte sobre los glúteos, parto, p.e.) o bien, por micro traumatismos de repetición (por la práctica regular de la equitación, el ciclismo, etc.) que han afectado la buena posición de este segmento de la columna, la corrección del DIM del Atlas no será suficiente. En dichos casos es muy recomendable acudir a especialistas altamente cualificados en Quiropráctica o en Osteopatía Estructural para que hagan un trabajo directo de recolocación del coxis.
  • AtlasPROfilax® no tiene incidencia alguna en las fracturas de coxis, infecciones anorectales, tumores ni luxaciones del coxis. Para todas estas condiciones, el paciente debe buscar ayuda con un especialista.

Según Maigne, “El dolor de coxis o coccigodinia, está favorecido por la tensión y disminución de la flexión y extensión de la charnela lumbosacra (L4-L5 o L5-S1). Así como también por la pérdida de movilidad sagital lumbar y pélvica, frecuente en la lumbalgia crónica; que impide la correcta colocación del coxis en el interior de la pelvis durante la sedestación y vuelve expuesto al coxis”.

Condiciones como luxación posterior o anterior del coxis, híper movilidad coccígea, coxis en gancho, fracturas, presencia de quistes de Tarlov o espículas coccígeas, artritis microcristalina, neuralgia del nervio pudendo y patología anal, suelen derivar en dolor de coxis y no tienen una clara respuesta con la corrección del DIM de C1.

Testimonios

AtlasPROfilax y dolor en el coxis

No hay registros disponibles.

Bibliografía relacionada:

  • Woon; Jason T.; Stringer, Mark D. The anatomy of the sacrococcygeal cornual region and its clinical relevance. Anatomical Science International. 2013.
  • Yousef Marwan; Wael Husain; Waleed Alhajii; Magdy Mogawer. Extracorporeal shock wave therapy relieved pain in patients with coccydynia: a report of two cases. The Spine Journal Volume 14, Issue 1 , pp E1-E4, 2013.
  • Maigne JY; Chatellier G.; Faou ML; Archambeau M.The treatment of chronic coccydynia with intrarectal manipulation: a randomized controlled study. Spine (Phila Pa 1976). 2006 Aug 15;31(18): E621-7.
  • Bronfort, Gert; Haas, mitch; Evans, Roni; Leininger, Brent; Triano, Jay. Effectiveness of manual therapies: the UK evidence report. 2010 Bronfort et al; licensee BioMed Central Ltd.

Advertencia

Por favor, lea nuestra advertencia.

No es nuestra pretensión que los lectores de esta página web asuman que el Desarreglo Intervertebral Menor del Atlas es la causa única de los problemas de salud enunciados a continuación en este apartado.  El dolor suele ser una señal de alerta de que hay una lesión tisular real o potencial, por lo que es preciso acudir al especialista para advertir de sus posibles causas.

P.e. una cefalea o un dolor local puede tener muchas causas y ser una señal de que una enfermedad está en curso. Incluso un aparente dolor muscular benigno puede advertir de un trastorno metabólico, inmunológico, vascular o  articular. Por ello, si tiene alguno de estos problemas de salud, consulte con su médico y siga el tratamiento respectivo. Recuerde autogestionar su salud con celeridad.

AtlasPROfilax® es un método kinesiológico que secunda a la medicina alopática y a la natural así como a la odontología ortopédica. En ningún caso interfiere o reemplaza los tratamientos médicos – odontológicos ni los medicamentos. El único objetivo que persigue es corregir el DIM del Atlas para mejorar la calidad de vida del paciente y para hacer de éste un terreno más fértil para cualquier tratamiento y terapia posterior.

De igual forma que una gran cantidad de pacientes reacciona bastante bien con especialidades de la medicina complementaria (homeopatía, terapia neural, acupuntura, naturopatía, aromaterapia, nutracéutica, osteopatía, quiropraxis, masajes, terapias energéticas, etc.) hay siempre, una población que por poca receptividad a estas técnicas o por la condición de su propia salud, no tiene los resultados esperados. 

Asimismo y tal y como citan los biólogos chilenos Maturana y Varela, “Los seres vivos son redes de producciones moleculares en las que las moléculas producidas generan con sus interacciones la misma red que las produce”. Ese principio de autopoiesis que trata de la autoproducción y autorregulación, explica por qué algunos pacientes evolucionan favorablemente con una terapia mientras que otros no.

Todo lo anterior para puntualizar que la corrección del DIM del Atlas se ha mostrado altamente efectiva en la disminución del dolor miofascial crónico benigno, en algunos trastornos funcionales de la postura así como en el reordenamiento del Sistema Tónico Postural. Sin embargo y como ocurre en cualquier especialidad de la medicina complementaria, los resultados son proporcionales a la autopoiesis del paciente. 

Existen varias probables etiologías para el desarrollo de disfunciones y dolor en el cuerpo, desde las alteraciones endógenas (genéticas, congénitas, autoinmunes, etc.), exógenas (alérgicas, iatrógenas, patógenas, etc.), ambientales (mecanoposturales, ergonómicas, profesionales, etc.) y multifactoriales (neoplásicas, idiopáticas, psicosomáticas, etc.). 

La desalineación del Atlas no se había tenido presente hasta el desarrollo de la Osteopatía en 1874 por A. Taylor Still, M.D. y el nacimiento de la Quiropráctica en 1895 por D. D. Palmer.  La inclusión del concepto de Desarreglo Intervertebral Menor se hizo en 1969 por R. Maigne, M.D. El DIM del Atlas, estudiado en profundidad durante 20 años por el Dr. R.-C. Schümperli, E.M., fue publicado en 1993.

El DIM de C1 es uno de los factores detonantes del dolor miofascial pero no es el único. Desarreglos Intervertebrales Menores de cualquier área de la columna vertebral pueden proyectarse en ciertos músculos y ligamentos en forma dolorosa. Esto para precisar que el DIM de C1 no es la justificación para todos los dolores miofasciales, si bien, la corrección de este DIM propicia la reversión de DIMs de otras áreas.

La corrección del DIM de C1 ha resultado altamente favorable para los siguientes casos:

  • Histéresis fascial (Deformación plástica de los tejidos fasciales que impide la longitud correcta de los músculos).
  • Un gran abanico de algias (Cefalalgias, cervicalgias, braquialgias, dorsalgias, lumbalgias, sacralgias, coccigodinia, coxalgia, gonalgia y talalgia).
  • Dolor crónico de carácter no maligno ni metabólico ni autoinmune (Algias musculares, periarticulares y paravertebrales).
  • Propensión a rigidez muscular y articular de carácter no maligno (Que no sea producto de desórdenes metabólicos, genéticos y/o congénitos).
  • Aberraciones de la postura (Que no sean de origen neuropático, miopático y/o osteopático, o por síndromes congénitos o genéticos).
  • Contracturas crónicas (Que no guarden relación con condiciones degenerativas de la columna y las articulaciones).
  • Puntos gatillo (Que afecten principalmente cabeza, cervicales y extremidades superiores). 
  • Algunos síndromes producto del estrés (Que no hayan tenido una buena respuesta terapéutica a las técnicas convencionales).
  • Pobre ejecución de tareas y actividades sencillas (Disminución progresiva de la fuerza y la movilidad, que no tenga origen neuropático o genético).
  • Síndromes posteriores al latigazo cervical (Trastornos del ánimo y el sueño, dolores galopantes y rigidez, todos ellos posterior a un accidente).
  • Algias producto del sedentarismo (En pacientes que tienen un Síndrome Superior Cruzado agravado por su trabajo y su postura).
  • Trastornos relacionados con la Fibromialgia (Cefaleas, trastornos del sueño y el ánimo, algias difusas, alteraciones nerviosas de intestinos, etc.). 
  • Desórdenes osteomusculares de difícil diagnóstico por su sintomatología camaleónica (Que no tengan carácter maligno ni genético ni autoinmune).
  • Cefalea cervicogénica (Que no sea producto de alteraciones apofisiarias ni facetarias ni discales de la columna cervical).
  • Cefalea tensional (Que no tenga relación con trastornos vasculares ni articulares de la columna cervical).
  • Cefalea vascular (De carácter no maligno y que no tenga relación con la presencia de tumores, coágulos y/o aneurismas). 
  • Dificultad para sostener la cabeza (Que no esté relacionada con osteoporosis, enfermedad neurológica e inestabilidad cervical).
  • Mareo y vértigo de origen cervical (Que no sea producto de osteofitos cervicales, discartrosis cervical y aplastamiento vertebral).
  • Dolor relativo al síndrome de Fatiga Crónica (Que no sea generado por tiroiditis, rotavirus, candidiasis ni vulnerabilidad química).
  • Trastornos de los discos intervertebrales, en especial aquellos de la región lumbar. (Excepto las espondilolistesis, discartrosis y tumores).